Cuando hablamos de cocinas, nos gusta hablar de los materiales que queremos utilizar, la iluminación, los acabados, la decoración, de los detalles que la hacen única o del uso que le queremos dar.Tras un fin de semana en el que hemos quedado con nuestros amigos en casa para hacerles una paella espectacular, con una tertulia que se alarga hasta la cena, acompañada de un nelet de mandarina que tanto nos gusta, llega la hora de la despedida…y de la limpieza. ¡Vamos paso a paso!
Recoges la mesa; cristalería, cubertería, vajilla…mantelería, servilletas…
Coges todas las telas utlizadas durante el servicio, y siempre que tengan el mismo color, directamente a la lavadora. Con estas pequeñas acciones, dejarás libre todo el espacio del comedor en el que habéis tenido esa valiosa tertulia de fin de semana.
Una vez recogida la mesa, metemos todo en el lavavajillas o lo lavamos a mano. Es importante no dejarlo para el día siguiente ni dejar que se resequen restos de comida en el plato. Una vez acabado de lavar lo secamos y guardamos cada cosa en el lugar que le corresponda. Aprovecha ese momento para pasar un trapito limpio por cajones, estanterías…
Una vez limpias y guardada toda la vajilla, cristalería, cubertería, ollas, sartenes y utensilios de cocina pasaremos a limpiar y despejar la encimera, la vitrocerámica (placa de inducción, cocina de fuego…). Pasaremos una bayeta con el producto de limpieza que solamos utilizar, siempre teniendo en cuenta que es importante desifectar la zona en profundidad, siempre respetando el material de cada uno de los elementos.
Uno de los grandes olvidados de la limpieza de la cocina son los tiradores, los frontales de los armarios y los cajones. También pásale un trapo con un producto nenutro que ayude a eliminar los restos de grasa y comida, pero que respete los materiales.
Limpia bien la campana, los filtros y los electodomésticos utilizados (horno, microondas…). No es necesario la limpieza de filtros cada vez que cocinemos, pero sí que es recomendable limpiarla, al menos, una vez al mes. Ganaremos en higiene, durabilidad y nos ahorraremos algún posible disgusto.
Finalmente limpiaremos la zona de reciclaje, los azulejos, el suelo….y ¡a planificar la próxima paella!