No todo el mundo tiene una cocina de revista, con islas enormes y metros de sobra. De hecho, la mayoría vivimos con cocinas más bien compactas, donde cada centímetro cuenta. Y aunque al principio pueda parecer un reto, lo cierto es que una cocina pequeña bien pensada puede ser mucho más cómoda, funcional y bonita de lo que imaginas.
¿La clave? Aprovechar bien el espacio.
Piensa en horizontal, en vertical y en diagonal.
Cuando falta espacio, las paredes se convierten en tus mejores aliadas. No tengas miedo a instalar estanterías abiertas hasta el techo. Todo lo que puedas liberar de la encimera, mejor. Si además lo haces con materiales bonitos como madera o cobre el almacenamiento se convierte también en decoración.
Menos muebles, pero más inteligentes
En lugar de llenar la cocina de muebles, elige bien los que pongas. Los muebles multifuncionales son una joya: una mesa abatible que se recoge cuando no se usa, un carro con ruedas que funciona como superficie extra o almacenaje móvil, o incluso taburetes que esconden espacio dentro. Si el mueble puede cumplir dos funciones, vas por buen camino.
El orden es tu superpoder
No es la parte más divertida, lo sabemos. Pero mantener el orden en una cocina pequeña marca una diferencia enorme. Cajones organizados, armarios con divisores, botes etiquetados y todo en su sitio. Así cocinas más a gusto, más rápido y sin agobios. Y visualmente, tu cocina se verá más amplia y más cuidada.
Luz, color y sensación de amplitud
Los colores claros ayudan a que el espacio respire, pero eso no significa que renuncies a tu estilo. Puedes combinar blanco o crema con toques de madera, detalles negros o algún color pastel. Y si tienes buena luz natural, ¡aprovéchala al máximo! Si no, apuesta por una iluminación cálida, con luces LED bajo los muebles altos para evitar sombras.
Pequeños electrodomésticos, grandes resultados
Cada vez hay más opciones pensadas para espacios reducidos: hornos compactos, placas de inducción de dos fuegos, lavavajillas estrechos… Y lo mejor es que muchos tienen un diseño cuidado que no desentona. No se trata de renunciar a nada, sino de elegir lo que realmente necesitas.
Resumiendo. Una cocina pequeña puede ser un espacio cálido, práctico y lleno de personalidad. Solo necesitas soluciones inteligentes, un poco de planificación y ganas de sacarle el máximo partido.